Cuando eres modelo o creadora de contenido y te detienes a pensar sobre tu situación financiera, inconscientemente utilizamos 3 tipos de enfoques, el subjetivo, el relativo, y el objetivo.
Cuando nos preguntamos sobre lo satisfechos que estamos con la manera que manejamos nuestro dinero, estamos realizando una evaluación subjetiva. Sin embargo, ese nivel de satisfacción normalmente está influenciado por las creencias que nos han inculcado en nuestro contexto social y los conocimientos que tenemos en gestión de finanzas personales.
Cuando nos comparamos con otras personas, estamos realizando una evaluación relativa de nuestras finanzas.
Las comparaciones se han venido satanizando muchísimo, pero no son del todo malas, de hecho en muchos casos son necesarias, el problema realmente está en compararnos con referentes inadecuados, con Elon Musk, con Zack Zuckerberg, con la top que dice que gana 100 millones de pesos, eso si es un problema.
Y cuando nos sentamos a revisar lo que realmente dicen nuestros números, en términos de liquidez, solvencia, endeudamiento etc. estamos haciendo una evaluación realmente objetiva.
Las 3 evaluaciones son importantes, son necesarias, pero a la que más le deberíamos dar prioridad, por supuesto es la objetiva. Puedes creer, pensar y estar segura que has bajado o subido de peso, pero si la báscula dice lo contrario entonces no lo hiciste.
Lo que no se mide, no se controla y lo que no se controla no se mejora.